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YO NO FUI [DA-777]
(Imperial Cutter)
 
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¡Hasta nunca Marcus Qwent!

Fue un fin de semana largo, apacible y bastante productivo.

Tras dar algunas vueltas a un par de sistemas donde pagar las indulgencias propicias (para lavar mis "culpas") y de paso, forrar (aun mas si se puede) de créditos al agente en turno de "Interstellar Factor".

Ya sin la presión de que me estuvieren cazando (por una recompensa de 2000 créditos...), fui a donde el reputado y no poco detestado ing. M. Qwent; tras las libaciones, intercambios y demás, finalmente conseguí unas mejoras modestas pero eficientes.

Despues de un largo peregrinar, y de no pocos sinsabores (y que mi estomago refunfuñara varias veces), había concluido mis negocios con ese ingeniero de los mil demonios. ¡Vaya si no es detestable!.

Lo importante de dicho trance, era el conseguir acceso a otros especialistas (que no me exigieran "Terminales Modulares" o ¡alguna otra porquería imposible de conseguir!)

Entre ellos, destacaba un celebre especialista en los Thargoides, el profesor Palin; después de las peripecias a borde de mis otras naves, fui a ver a dicho profesor, y de paso mejorar los sistemas de la "Anaconda".

La cuota de acceso (restos de sensores alienigenas) fue cubierta sin preguntas ni problemas, y los motores quedaron bien "tuneados". Generan un calor del demonio, pero son rápidos y mejoran por mucho la maniobrabilidad de la nave.

Tuve la "brillante" idea de (ya que estaba relativamente cerca), ir al sector "Pleiades" a reabastecerme de fragmentos alienigenas, y de paso, ir a visitar a otra ingeniero cuya tasa de admisión, eran dichos elementos.

Jugando "Al gato y al ratón".

En el breve lapso entre la entrada anterior y esta, he tenido algunas epifanías; las cuales espero poder compartir acertadamente aquí (de ahí el estar redactando una nueva entrada en este soliloquio).

Se podría resumir en: 1.- La "Imperial Eagle" (Bautizada como "Hit & Run"...nombre que se mostró profético) tiene una maniobrabilidad impresionante, que permite esquivar los golpes, y aplicar la máxima de "Dar y repartir sin recibir"...pero sin escudos es cosa de huir o reventar.

2.-Es posible armar jaleo fuera de una estación espacial; al identificar un objetivo "buscado" es cosa de volar cerca del mismo, y saliendo de la zona de "Fuego restringido" (8-10 kilómetros, que se yo) armarle bronca y disparar. Con la ImpEgle fue cosa de ponerme detrás del objetivo (una "Krait Mk II") y soltar a los perros de la guerra...que en este caso bien podrían ser un par de chihuahuas medio artríticos (la equipe con cañones láser de pulso, con modificación de "Tiro rápido" nivel 5) y un lanza misiles no guiados. El objetivo mordió el anzuelo, y me disparo en represalia, tras lo que tome las de villadiego en pos a la estación, los polis abrieron fuego contra el/ella/ello y en 4 o 5 segundos dejo de ser y estar. Créditos fáciles y rápidos.

3.-Los enclaves planetarios pueden contar como zonas restringidas, y el acercarse a ellos (pasado un umbral desconocido y no demarcado) implica la imposición de una multas por 200, 400 y así créditos...hasta llegar a la parte de "Te vamos a buscar y dar" donde las naves del sistema abren fuego al verte.

El ultimo punto lo aprendí a las bravas.

Volaba muy orondo y lleno de mi mismo, tras haber despachado a la nave "Krait" anteriormente mencionada; los 3 o 4 minutos de viaje hasta el planeta en cuestión fueron sin novedad. Cuando por fin entre en vuelo orbital, no esperaba ningún sobresalto, pero al estar a cosa de 12 o 15 kilómetros del enclave, los mensajes de alerta no se daban abasto. Para cuando estaba lo suficientemente cerca como para aterrizar y desplegar el vehículo, ya tenia encima de mi a una nave clase "Vulture" disparándome con tal saña, ¡que hasta parecía que le debía dinero!.

Los escudos dieron la talla en ese encuentro, y puse distancia suficiente para dar un rápido salto a velocidad supercrucero, creyendo poderme librar con esa maniobra de tan enconado perseguidor. Solo pase de la sarten a las brasas; para cuando volví a acercarme al enclave, esta vez volé muy bajo, a unos 20 o 30 metros de besar el suelo. Me aproximé sin despertar sospechas ni recibir tiros (lo que ya era ganancia), pero al llegar ahí estaba, dominando el espacio como águila en su nido, majestuoso, imponente y sin dudas, letal, una endiablada nave pesada clase "Corveta Federal".

Agradeciendo al poder que fuere, que no me cosiera a tiros, me escabullí hasta donde estaba la terminal de datos, y ¡oh sorpresa! ¡se podía escaner desde la nave!, en eso estaba...hasta que la Corveta RevientaMirones (no era su nombre, pero quizás si era su propósito) inicio maniobras de despegue.

Viendo la muerte levantar vuelo, salir despavorido y sin los mugrosos datos. Regrese al sistema Ehecatl, y esta vez, ya cabreado, cansado y frustrado si cabe, decidí dar pelea y ganar o morir.

Cambiar de nave, equipar la "Guerraconda" (mi mula de carga y batalla) con escudos y demás trinquetes, chácharas y cosillas para disparar y no explotar, y regresar al ruedo.

Volé tan directo como pude, con la trayectoria de un ladrillo al caer; al llegar me esperaba una nave de combate, pero esta vez (por fortuna, cambio de turnos, o alguna otra triquiñuela de la proverbial buenaventura cósmica) era una nave mediana clase "Federal Gunship". Ni lo pensé dos veces y dispare los laser, al cabo de unas andanadas, sus escudos cayeron y apunte a sus motores, no tuvo ni tiempo de despegar cuando ya estaba cerca de la superficie, y lo suficiente cerca de las defensas de la base como para volarlas en pedacitos. La "gunship" permaneció en su plataforma, pero de alguna manera bizarra y no poco sorprendente, desplegó un caza (del que di cuenta con rapidez).

Cual buitre, volé en círculos en derredor de la base y su centro de datos, despachando defensas y así; para cuando tuve los datos descargados/pirateados, la "gunship" seguía incapacitada. No queriendo aumentar mis "deudas" con la sociedad, partí de ahí sin terminar de abatir a dicha "gunship"...y cruzando mentalmente los dedos para que eso no me regresara a morder las nalgas mas adelante, o encontrármela en supercrucero, o a sus refuerzos.

Algunos minutos mas tarde, ya en la estación espacial "Liebig", di por completa la misión y ahora si ¡Hurras y fanfarrias!, tenia las mugrosas "terminales modulares".

Y también, dos naves con ordenes de captura.

¿Ya mencione que empiezo a odiar al ing M. Qwent?, bueno si no lo he mencionado, si, le empiezo a odiar solo de pensar que tengo que buscar donde pagar las recompensas por mis naves, y ademas, y a botarle sus fetiches.

Creo que me iré en la "Asp X", sirve que la desempolvamos y que ademas ¡amo a esa nave!...casi tanto como odio al ingeniero ese, y a las terminales modulares, y a los enclaves planetarios.

A este paso, si no me matan las naves caza recompensas, lo hará una infernal gastritis

¿Una compra acertada?

Tras haber pasado lo que va de la semana aceptando misiones menores (por la siempre creciente necesidad de materiales para mejoras y demás "Hazlotumismo"), finalmente me surgió una oferta cuya recompensa consistía, entre sus opciones, de los mentados "terminales modulares".

La parte dudosa, por que siempre tiene que aparecer un pelo en la sopa, es que implica maniobras cuya legalidad es mas que cuestionable.

No es la primera vez que me cruzo con misiones de una gris legitimidad, pero si he aprendido (poco a poco y con frecuentes tropiezos) a revisar sus detalles, o a mandarlas a paseo si no me convence el contrato. Así, las misiones que han derivado en la ejecución de civiles o actos de semejante asimetria, son un gran "NOPE" para mi. Esta vez, es algo aparentemente diferente, el contrato implica un "escaneo de datos planetarios", en alguna base semi olvidada, donde bien podrían guardar las fotos personales del presidente de la federación.

Como si no fuera suficientemente sospechoso el asunto, al parecer tengo que sortear/desactivar o destruir defensas planetarias en la base, y mandar mi endeble vehículo de superficie a meter la nariz en sabrá el Cosmos que.

Sobra decir que ni estoy tan desesperado (ni tan bruto) como para arriesgar una nave de mas o menos 500 millones de créditos (y hooooras de bricolaje invertidas) solo para conseguir el desdichado capricho parafilico del Ing M. Qwent.

Así que pensando y pasando las horas, dialogandolo con la almohada y el dios Morfeo, dimos un nuevo giro:

Compre otra nave...Una reluciente, blanca como la nieve, ligera y delicada como cristal volcánico, y veloz como mi cerebro al tomar malas decisiones, clase "Imperial Eagle" (nombre pendiente). ¿Y por que no usar las otras naves que languidecen el en hangar?, bueno, por que las he adaptado a funciones mas especificas, y preferí asignar a esta nueva adquisición, el papel de lanzar misiles no guiados a objetivos en la superficie, y salir de ahí como alma que lleva el diablo.

Veremos que resulta de todo esto.

Fuí, leí, y (no) entendí.

Después de leer la descripción de la misión comunitaria semanal y llegar a la conclusión de que es un esfuerzo improductivo para mis tibios afanes, me dirigí al sistema mas cercano bajo el dominio de la "Sirius Corporation".

Mi expectativa de conseguir las mejoras para los propulsores en un fin de semana fue en el mejor de los casos, miope. Tras llegar, vender datos cartográficos, cobrar recompensas (de los piratas que trataron de interrumpir mi viaje), y vender algunas toneladas de rocas y porquería, conseguí el permiso para el sistema "Sirio".

Y empezamos una serie de vueltas redundantes e innecesarias, cortesía de mi demostrada habilidad para leer una cosa y entender otra.

Resulta y resalta, que había leído que se requería la mentada reputación y el permiso para Sirio, y eso granjeaba el acceso al mentado ingeniero Qwent, y que tras suficiente bricolaje en la nave, este sujeto daba acceso,recomendación o pase, a otro ingeniero. Hasta ahí la cosa parecía tediosa, pero realizable en un fin de semana.

Al parecer el roedor encargado de girar mis engranes cerebrales, estaba de vacaciones o en coma.

Tras viajar entre sistemas cercanos haciendo tiempo para que me llegara la misera invitación, me inmiscuí en algunas peleas contra piratas (mis eternos y jurados nemesis), y de paso busque pleito ajeno en un par de zonas de conflicto (de las que salí en una pieza...esta vez, por que las previas terminaron en desastre para mi). Así pasaban las horas y nada de la invitación; dudando ya de mi paciencia y tolerancia, deje el tema por la paz y volé de regreso al sistema que llamo "hogar".

Habiendo puesto a feliz resguardo la nave, salí en pos de la sabiduría colectiva en la red, cual perdido peregrino en pos de un oasis.

Y resulta que tenia que viajar al sistema Sirio, atracar en una estación de por ahí, y si mis esfuerzos habían bastado, estaría disponible una misión cuya conclusión feliz y correcta, me daría la recomendación para pasar con el sujeto en cuestión.

Rechinando dientes y sulfurando a mas no poder, me dirijo (de nuevo) a Sirio, acople la nave en la estación, acepte la endemoniada labor de mensajero, la termine sin contratiempos y ya al vuelo de regreso me llaga la invitación.

Pero dicho personaje tan pintoresco, requería un tributo acorde a sus intereses y perversiones, esta vez, en la forma de varias toneladas de algo llamado "terminales modulares".

Una búsqueda en el mapa de comercio galáctico no aporto respuestas; perplejo y cabizbajo busque nuevamente en el oráculo informático y este dio algunos sistemas donde (supuestamente) podía adquirir dichos cachivaches. Trazar la ruta, varios saltos, unas interdicciones en el camino, dispararle a mansalva a quien me interrumpiera mi furibundo recorrido; en fin, lo normal.

Consigo llegar al sistema Euryale, me acoplo en la estación, reviso el mercado...y nada.

¡Relámpagos y maldiciones!¡bufidos y puñetazos a la pared!¡golpes gorilescos en el pecho y machismo toxico desbordante!; tres aneurismas cerebrales reventados mas tarde, y descubro que el pedazo de animal que soy, había leído mal la información comercial, y estaba en el sitio de "Mejor venta"...cuando lo que necesitaba era un sitio de "mejor compra".

Para añadir ácido de batería a la herida en mi (ya muy vapuleado) orgullo, resulta que esas porquerías solo las dan o como recompensa de misiones, o las venden en portanaves.

Si estos viajecitos no me mandan a la unidad de cuidados intensivos cardiovasculares, espero concluirlos antes de la semana.

Ni siquiera he puesto un pie en su taller y creo que ya odio al mentado Ing M. Qwent.

Primero té, ahora Brandy.

Tras llevar a feliz termino mis intentos por acceder a los servicios de la Ing. S. Jean (y de paso, los de la Ing. D. Vaterman) puedo contar con que el escudo y defensas de mi nave, podrán tolerar el peso de ataques enemigos, y de alguna que otra ineptitud mía.

La mas reciente de estas ultimas, consistió en un aterrizaje abrupto (también llamada "Caída libre descontrolada") al no revisar el valor relativo de gravedad planetaria, en una roca modesta y sin mas gracia que algunos surtidores de magma...Al menos sobreviví al porrazo, y pude realizar otro "Feliz aterrizaje" (por citar a Obi Wan Kenobi).

Entre las peripecias menores que me esta dejando la minería, prospección planetaria y el andar de zalamero y servil con ingenieros, he sacado tiempo para cavilar sobre ellos, ¿de donde demonios salieron?, vamos que uno entiende la existencia de sujetos asquerosamente ricos y capaces (caras vemos en los posters y propaganda de las superpotencias), pero ¿al grado de ser dueños de bases planetarias (si no es que, de planetas enteros)?...esa definitivamente es harina de otro costal. Mas extraños (o francamente bizarros) me saben sus requisitos; si creía que 50 toneladas (si, 50 000 kilogramos) de "Té" eras una abominación, 50 toneladas de brandy (por muy excelsa calidad que tenga,) son, sin importar que tan seguido se celebre a Dionisio/Baco o cualquier deidad de la bebida y la cirrosis, simplemente inhumanas.

Ni que la mentada ingeniero se atiborrara de etanol como un paquidermo cosaco en navidad y tras una ruptura amorosa.

En fin; para el caso es que han sido algunas vueltas, muchos caprichitos ajenos y demás. Si todo sigue viento en popa, espero lograr acceder a las mejoras de los propulsores (quiero mas velocidad, sea para huir/atacar o para estamparme contra asteroides) antes de la próxima semana, y si todo marcha, poner a punto a la nave para una nueva travesía.

Ya hice las cuentas, corrí algunas simulaciones, y ensaye con algunas ideas de equipamiento y mejoras; mi objetivo es conseguir unos 70 - 75 años luz en capacidad de salto hiperespacial, y así, poner miras a una expedición al espacio profundo. Esta seria mi cuarto peregrinar en pos de la negrura sideral; y de llevarla acorde a mis deseos, en unas dos semanas habré podido visitar al centro galáctico.

Eso, siempre que no surja una misión comunitaria que me atraiga cual sirena homérica.

Y es que la voluntad es fuerte, pero la carne es débil. XD

Un gran garrote

Bueno, con el fin de "cambiar de aire" tras cantidades autoabusivas de violentos encuentros contra piratas y demás calaña (mi rencor contra ellos, es abismal y hosco) pase el fin de semana consiguiendo materiales para poner a punto el armamento, y, tras dar feliz conclusión a dicha tarea, me registre para participar en las misiones comunitarias.

Tras unos cuantos saltos entre sistemas (con una carga de frutas y vegetales), pase algún rato dejando cargamento y recogiéndolo, entre un sistema vecino, y la estación espacial "Stillman Hub".

Cual seria mi sorpresa al volver a las andadas, que la tarea de protección a dichos esfuerzos ya había sido completada...al parecer, el hambre comunitaria de violencia gratuita, es muy superior al fungir como camión de fletes espacial.

Medio decepcionado de no haber podido dar cuenta de naves "buscadas" (y despidiéndome temporalmente de mi carrera como caza recompensas), regrese al sistema que llamo "hogar" y me decidí por fin, a conseguir los servicios de mas ingenieros espaciales. Habiendo decidido conseguir el acceso a los servicios de la Ing. S Jean, puse ruta con miras a atestarme de painita, ¡mineral con el que tengo una relación toxica si las hay!.

Tras equipar un par de lasers de minería, una buena refinería, bahías de carga y demás chucherías, puse rumbo al sistema GCRV 1568, la "vieja confiable" en cuanto a depósitos de painita y demás porquerías.

Fue con cierta nostalgia y tintes de orgullo, que volví al sitio de minería, donde hace poco mas de dos meses di mis primeros pasos en el viejo arte de rascar rocas espaciales y vender sus despojos. Aquellos esfuerzos dieron un súbito impulso a mi bolsillo, lo que me permitió adquirir la reluciente y venerable nave que ahora comando (y que en mas de un par de ocasiones, me costo explotar tras recibir "saludos" de bucaneros y pirañas espaciales).

Parece mucho tiempo, y sin embargo, me siento igual de novato que en aquellas fechas. Tan sobrecogedora me resulta la galaxia y su (casi) infinito abanico de posibilidades, que esta vez me dedique a la prospección y recolección de rocas, con una paz mental digna de cualquier budista en su camino al Nirvana....y claro, buena parte de esa paz, se debe a que esta vez comando una nave grande, fuertemente artillada, y con defensas solidas, que si no logro abatir al petulante palurdo que me aborde, mínimo lo embisto y desperdigo por el vació.

Bien decía Tedy Roosevelt en eso de "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos", claro que la parte de hablar suave no se me da mucho...pero definitivamente el traer armas grandes si ayuda n_n.

Así que por ahora seguiré mirando a las rocas frente a mi, mientras los drones hacen su tarea, y lleno la bahía de carga (todo sea por esos caprichos de quienes podrán poner a punto mi "Conda" y sus congéneres).

El calor como espada de Damocles

Después de las peripecias y amargas experiencias previas, decidí despedirme del sistema "Sol" y sus extenuantes misiones. Al retornar a pastos familiares (en el sistema "Ehecatl") vi un par de misiones cuya recompensa eran cierto material del cual me encontraba en números rojos, por lo que vorazmente la acepte.

Contando con tiempo suficiente (6 días para su conclusión o fallo), aproveché para volver a visitar al ingeniero Broo Tarquin (esta vez, sin necesitar llevarle sus 50 toneladas -en serio, ¿quien diantres requiere 50 toneladas!!- de té) y remplazar las modificaciones a los cañones láser de pulso. Tras haber conseguido que todos los cañones tuvieran la modificación de "Enfocado" y dos con la de "disparo rápido".

Tras haber hecho las simulaciones y pruebas de rigor, parecía una excelente idea, acortando el tiempo para reventar bonitamente al insospechado palurdo que deambularé frente a mis cañones; un subproducto de dichas modificaciones, era un excesivo aumento de temperatura (bastando unos 6 -8 segundos de fuego ininterrumpido, para empezar a hervir dentro de la cabina).

De regreso a la base, se me ocurrió que quizás si cambiaba a una fuente de energía con mejoras especializadas en eficiencia térmica, pudiera reducir el impacto de disparar (¡y no terminar como maíz en aceite!). Ademas de la planta de poder, retiré los módulos de refuerzo al escudo (cuya tecnología híbrida humano - "Guardian" me costaran tanto esfuerzo, tiempo y vueltas conseguir), de acuerdo con las simulaciones, así de debilitados, mis escudos podrían resistir unos minutos de fuego ininterrumpido (mas que suficiente, según yo, para acabar con la amenaza, o huir con el rabo entre las patas).

Larga historia contada brevemente:

No funciona así.

Lo descubrí al encontrarme con una manada de personajes escaneando mi carga, al no traer nada de valor (16 toneladas de drones recolectores), ingenuamente creí que podía dejarlos dar la vuelta, y aprovechar esa maniobra, para disparar hasta el cansancio y reclamar despojos de cada una de las naves en cuestión (pues no eran parte ni de un grupo, ni de la misma flota).

Al cabo de unos segundos de su intento de escaneo, el corsario mas cercano, ¡abrió fuego de súbito!; me vi con un radar atiborrado de miseros triangulitos rojos con rayitas, indicio de que ¡me estaban disparando hasta por la sombra!.

Tras las primeros segundos de tan asimetrico combate, los escudos de mi espartana nave ya daban señales inequívocas de fatiga; el malnacido enjambre de hostiles, zumbaba en derredor mio, cual nube de mosquitos acosando a un paquidermo... pero esta torpe, temeraria y medio atolondrada bestia aun tenia fuerzas.

En cuanto el primer agresor de pacotilla cruzo frente a mi, su frenética carrera se corto de tajo, resultando en una bonita explosión (faltaban ahora unos 6 contactos mas); los escudos ya casi eran un recuerdo, cuando logre dar cuenta de otro (esta vez, cortesía de embestir y disparar a bocajarro) y en seguida poner en retirada a uno mas. La tarea resulto mas difícil de lo esperado, pues bajo fuego tan cerrado y constante, requería tener toda la energía disponible en los escudos, cada ínfimo watt que podía destinar, era lo que marcaría la diferencia entre sobrevivir o reventar. Así distribuidos (4 " pips" a escudos, dos al armamento y ¡que el diablo se lleve a los motores!), cada disparo que daba en justa represalia hacia mis rabiosos oponentes, incrementaba la temperatura de la nave. En suma, la situación era de o morir bajo fuego enemigo, o cocinado a las brasas dentro de la nave.

Al desactivarse la feliz capa que me separaba del fuego enemigo, mande toda la energía posible al armamento y me dispuse a vender cara la piel.

Bañado en misiles, impacto de diversas municiones y cuanta porquería tuvieren al alcance (y daba gracias mentalmente al poder que fuere, que no usaron ni cañones de riel, ni de plasma), seguí devolviendo tiro por golpe.

Al cabo de una eternidad, las fuerzas de seguridad del sector, iniciaron su barrido y reventaron a uno de los enemigos. Aprovechando su intervención, di cuenta de otro, no sin antes toparme con un bello misil directamente sobre la cabina, que estallo sin mas ceremonia, dejándome solo con la reserva del soporte vital.

El casco bajo hasta un 64% de integridad y el oxigeno restante daba para 3 minutos mas, en el momento que termino el combate; para cuando el salto a un sistema cercano se completo, quedaba muy poco oxigeno.

Al salir del espacio entre espacios, inicie una desaforada recarga del suministro de oxigeno (había leído que dicha maniobra tardaba un minuto mas o menos...y no estaba dispuesto a comprobarlo por las malas) y a ciegas, puse rumbo a una estación amiga. Ya había experimentado la angustia de navegar sin sensores (de parte de otro misil y su maldita puntería) y en un encuentro previo también probé el agridulce estrés de volar sin cabina, así que ya no era mi primer rodeo.

Tras orientarme a medias, y ubicar el ínfimo puntito azul que indicaba una estación espacial, logre aproximarme vía instrumentos, y al salir de supercrucero ¡oh felicidad!¡oh alegre encuentro!, estaba frente a la estación (aproximándome desde la parte trasera, pero bueeeno, pudo ser peor).

Después de acoplar la nave y guardarla en hangar, lo primero que haré (tras hacer la libaciones pertinentes a las deidades de la reparación y rearme), sera mandar a paseo a la planta de poder...y quizás modifique nuevamente los cañones.

O mejor aun, deje de estar buscando bronca ajena y retome mi vida de explorador.

Decisiones, decisiones.

Sol lucet omnibus (El sol sale para todos)

Con el cambio de numerador en el calendario, me vi impelido (sea por la "amable" cohercion o proactivas acciones punitivas de mi esposa) a adaptar mi agenda de vuelo. Sin lagrimas ni pesares, heme aquí ajustando mis espacios y a cortesía de ello aceptando misiones que no suponen gran duración, o que tienen un intervalo aceptable para su ejecución.

Haciendo de lado mis sollozos y quejumbres (la auto censura en ningún momento es por temor a represalias... nope, para nadaaaa, cero miedo XD) recién me vi embarcado en la tarea de dar caza y abatir a un bucanero. Decidido a acortar el tiempo en dicha maniobra, me animé a equipar un modulo de interdiccion en la nave.

La idea original era acortar el tiempo dedicado a dicho esfuerzo, buscando activamente al mentado individuo, en lugar de esperar a que se dignase a descender de su empíreo y solaz recinto donde quiere que se le pueda encontrar. Mis pasadas experiencias dando caza a especímenes similares, dependían en gran medida de esperar a ser interceptado por los mismos, o en búsquedas a diestra y siniestra.

Así elaborada, la idea era prometedora. Rastrear el sistema en cuestión, dar con la nave/comandante/infeliz palurdo especificado, interceptarle, y regresarle al polvo cósmico del que todos provenimos (con cierta violencia gratuita antes). En suma, todo parecía tan simple como rascarme las orejas.

Hice las modificaciones pertinentes en los módulos, equipe lo necesario, reabastecí y despegué. El velo cósmico se abría como un nuevo lienzo donde plasmar un episodio de la danza mortal inmemorial de predadores y presas.

Al llegar al sistema designado, a cosa de unos segundos, frente a mi cabina cruzaba la estela de aquel objetivo; escenas de mis funestos desenlaces previos a costillas de piratas de poca monta, imágenes retrospectivas de las intercepciones previas que me dejaban mal parado (o incluso, explotando en medio de una cacofonia de fuego hostil) surcaban mi mente, me fustigaban a dar una feroz e inmisericorde "vendetta" contra dicha victima propiciatoria.

En suma, me había introducido en el oscuro terreno de un ejecutor, un soldado de la fortuna, un vulgar matasiete con infulas de vengador.

Semi asqueado de mi propia decadencia mental (pero expectante ante la promesa de derruir un objetivo "fácil"), inicie la maniobra de acercamiento al objetivo; los segundos luz de distancia se reducían, la tensión crecía, y la mente se aclaraba de dudas, había que dar justa retribución divina a dicho objetivo, "Deus vult" gritaba mi orgullo herido por repetidas afrentas. Cuando por fin llego el momento de la verdad, active el grupo de disparo y.... nada.

Medio atontado, medio cabreado volví a activarlo, y con tozudez excepcional, el endemoniado modulo se negaba a funcionar.

Entonces noté, que había olvidado cambiar de modo de exploración a combate.

Para cuando por fin hice los cambios de rigor, el palurdo había cambiado su rumbo a algún punto entre aquí y ayer; ya inútil su persecución (pues en un destello de inteligencia asombrosa, hube de despojarme del equipamiento necesario para rastrear estelas de salto) di media vuelta y regresaba alicaído a la estación espacial "Lincon".

Me disponía a dar el salto entre sistemas estelares, cuando pasaba frente a mi muy ensimismada en sus asuntos, una nave con indicaciones de "Buscada".

Mi atolondrado cerebro reacciono a tiempo dando inicio a mi primer interdiccion, esta vez, en el extremo perseguidor de la misma.

Habiendo conseguido frenar a la nave ajena (y recibiendo una salva de mensajes del indignado/a pirata), desplegando anclajes, disparando alegremente, y recogiendo sus despojos útiles, me vi pensando socarronamente, que había cierta alegre tensión al interceptar naves, y que me resultaba agradable no estar en el extremo opuesto (¡para variar!) del "Túnel azul de huye o muere".

Realmente el sol sale para todos.

Lo malo, es que me salio mucho mas tardado el ir a por cada uno de los objetivos, interceptarles y dispararles, que simplemente buscar señales con nivel de amenaza medio.

Creo que retomare la rutina de búsqueda anterior (todo sea por la austeridad de tiempo que me ha sido impuesta).

¡Tierra a la vista!

Han sido días apacibles, que he pasado mermando naves cuyos motivos pintorescos y filibusteros, les han acaecido sendas recompensas (y fungir como dignos objetivos de los cañones láser -tras sus mejoras- de mi nave). Llegado a este punto creo que, salvo los casos de múltiples enemigos o de alto nivel, mi nave puede sobrevivir sin mayores estragos al combate. (contra naves de la especie no humana "Thargoide" ni hablamos; esas monstruosidades me devorarían en un parpadeo, seria como enfrentarme contra un tigre bengalí, armado de un alfiler)

Tras equiparle módulos de refuerzo para los escudos, es rara la vez que la potencia de los mismos baja de un 20%. Todo esto me hace pensar en llevarlo aun mas al limite.

Hasta lo que he experimentado con las mejoras e ingeniería, es posible que el poder de los escudos resista hasta por 20 minutos de fuego ininterrumpido (¡una salvajada si la hay!). Si bien ya les he conseguido mejoras de clase 5 al generador de escudo, los módulos de aumento solo cuentan con un máximo de clase 3.

Tras estas cavilaciones y múltiples simulaciones, me he decidido por conseguir los servicios de una ingeniero especializada en los módulos de aumento al escudo...El pequeño, pequeñito detalle, es que para ello requiero 10 toneladas de la infame "Painita", mineral precioso por el cual pase peripecias y amargos enfrentamientos (resultando en la explosión de mi nave en aquel momento...en dos ocasiones seguidas).

Ni las ultimas dos semanas de reventar piratas, ni el armamento y escudos mejorados, hacen gran cosa contra mi reticencia (y el abyecto recuerdo) a la minería espacial.

En fin; en esas meditaciones se me han pasado los últimos días; solo el visitar el sistema "Sol", ha aportado algo de color al telón de fondo de mis actividades. ¡Que hermosa y solemne se ve la esfera terrestre!, ¡Palido guijarro azul en medio del plutonico infinito!.

Nunca cesa de dejarme obnubilado el apreciar al planeta Tierra desde el espacio; y sin embargo, una roca mas, en medio de un (casi)infinito océano de mundos y desmanes.

Tras visitar el sistema nativo de la humanidad, acepte algunos encargos, y he estado dando vueltas en los sistemas vecinos. En cuanto termine esas faenas, espero haber juntado animo (o tedio) suficiente para ir a rascar asteroides y juntar el condenado mineral.

Si las mejorar que tengo en mira resultan, lo siguiente será rendirle pleitesia a la princesa Duval, para (al mes de servicio) conseguir los afamados escudos prismáticos.

Se me retuercen las tripas solo de pensar en ser peón de un poder político, pero al menos la recompensa parece atractiva... al menos por ahora.

Ya veremos dijo un ciego, ya veremos.

Ojos que no ven

Las festividades decembrinas me trajeron un inesperado día de descanso, mismo que ocupe en las idas y venidas al taller de un ingeniero (Broo Tarquin...¿pariente quizás, del "Moff" Tarquin?). El meollo de dichas vueltas, era mejorar hasta el limite, a los cañones láser de la nave.

Previas experiencias, demostraban el excelente desempeño del armamento, contra los piratas que me he topado. Solo aquellos corsarios cuyas naves contaban con armamento de plasma, y escudos potenciados, ofrecían una resistencia y desafió considerable.

Tras algunas visitas al enclave planetario "Dav´s Hope" y abastecerme de suficientes recursos, visite al ingeniero, y conseguí las mejoras que me parecieron necesarias. Así configurada, la nave era un espectáculo formidable, 8 cañones láser de pulso, dos de ellos sin asistencia de disparo, todos mejorados por encima de nivel 3, y todos con efectos experimentales (salvo en el cañón clase 4, dichos efectos con miras a ampliar el daño al objetivo).

Al regreso en la estación Liebig, acepte una misión encomiandome a dar caza y abatir naves en el sistema vecino LTT 8456, sumido en una guerra civil, mis acciones contra los bucaneros y demás calaña, serian en pos de la estabilidad (tanto social, como de mis finanzas, un "ganar -ganar" para todos...excepto los piratas claro esta, pero !los muertos pocas necesidades tienen¡).

Las 60 bajas requeridas se dieron sin sobresaltos, salvo un par de ocasiones donde mi escudo bajo de un 10% de potencia, ni daños ni rasguños me acaecieron. Envalentonado por los resultados obtenidos, continué reventando a cuanta nave enemiga se ponía en mi camino, decidido a consumir mis reservas de drones colectores y así, regresar a la base a cobrar las recompensas.

En esas mercenarias divagaciones me hallaba, cuando una señal capto mi interés. Se trataba de un "resultado de combate" con un nivel de amenaza 3 (manejable para mis recursos y habilidades). Enfile el curso en pos de dicho punto y me prepare para abatir y cobrar.

Al llegar, me tope con tres naves clase "Anaconda", cuya primera reacción, fue abrir fuego en contra mía. Mis escudos soportaron estoicamente el embate, y dándome por superado pero no derrotado, me batí en retirada.

Frustrado y ligeramente enfadado, me acerque a una señal similar, pero con un nivel de amenaza mucho menor (clase 1). Deseoso de ventilar mi enfado (y descargar andanadas láser contra cualquier infeliz), me enfile hacia allá.

Esta vez, la cosa parecía muy diferente. Solo 3 naves, muy ocupadas en sus asuntos, y dos de ellas clase "Viper MK IV" (que poco reto me presentaban); la tercera nave, que se encontraba navegando sin mayores pretensiones, era una "Python". Las tres tenían una orden de búsqueda y destrucción, pero sin relación entre ellas.

Abrí fuego contra la primera nave ligera "Viper", y le desmenuce en segundos; la segunda victima sacrificial propiciatoria en aras de mi cólera previa, puso distancia de por medio tras una andanada de mis cañones. Considere que darle caza era inútil, su velocidad y maniobrabilidad me dejaban por mucho, seria como poner a un elefante contra un conejo. Viendo alejarse a la presa anterior, la nave "Python" era un blanco atractivo pero debía ser con cautela (el enfrentamiento anterior contra la triada de naves, me dejo con un 10 - 15% de energía en los escudos).

Con calma y cuidado, me ubique posterior a dicho objetivo, y abrí fuego a mansalva, hasta dar cuenta de ello. El enfrentamiento no duro mucho, pero si lo suficiente como para que mi debilitado escudo se desactivara temporalmente (justo después de haber acabado con mi objetivo). Desplegué los drones de recolección y daba por concluido el asunto, cuando de la nada, recibí una serie de impactos y explosiones.

El/La malnacido piloto de la nave "Viper" estaba de regreso.

En lugar de huir, se alejo lo suficiente, para que sus escudos recargaran, y estaba de vuelta al ruedo, justo después de que mis escudos se hubieran desactivado.

Sus primeros ataques, bien por una excelente puntería o una suerte atroz, me dieron de lleno en las torretas de defensa, inutilizando a una, y golpeando severamente a la segunda. Sin forma de defenderme contra sus misiles, y con la movilidad superior, me acertó unas 3 o 4 ráfagas. Mis intentos por retribuir a sus caricias explosivas, dieron poco resultado. Mi nave, resistente y mortal pero lenta para girar, era un blanco excelente para mi adversario.

La resistencia del casco mermaba con pasmosa celeridad, al descender del 50%, puse en marcha los motores, y active el protocolo de salto, dispuesto a huir y pelear otro día. La persecución no tardo, pese a que los siguientes ataques mermaron aun mas la integridad de la nave; me encontraba ya en velocidad de supercrucero (con un 30% de integridad).

Lo siguiente, fue saltar al sistema Ehecatl, y poner miras a la estación Liebig; sin embargo, al llegar note algo muy raro...¡No aparecía nada en los sensores!.

La estación estaba frente a mi, pero ninguna información en los instrumentos; ni holograma, ni comunicaciones ni nada. Tras revisar los módulos de la nave, descubrí el problema: Los sensores estaban muertos.

Así varado y a ciegas, la situación era desesperada; ¿era necesario iniciar la secuencia de autodestrucion y abandonar la nave?, ¿tratar de comunicarme con el escuadron de auxilio "Hull Seals"? ¿Estarían disponibles? ¿Valdría la pena el tiempo perdido?.

La situación me resultaba angustiante, pero al menos no era tan apremiante, como cuando me reventaron la cabina, y tuve que regresar a ciegas, confiando únicamente en los instrumentos de navegación, para llegar a una estación espacial, y hacer las reparaciones de rigor. El indicador de oxigeno, la constante alarma, y la falta de imagen en el monitor de la cabina, bastaban para generar claustrofobia y una funesta atmósfera.

Calvilaba al respecto, cuando recordé una opción "in extremis" pero quizás útil, dada mi exasperante situación.

El reinicio de los sistemas de la nave.

Era una opción de "todo o nada", quizás tuviera unos 6 módulos dañados o desactivados, y el resto, seriamente golpeados; si el sistema reparaba los sensores, a costa de los impulsores o de la planta de poder, estaría a la deriva. Tras activar la rutina de reinicio y reparación forzada, todo queda apagado; el oxigeno del sistema de soporte vital, es lo único que separa la muerte en el helado vació, de uno. Tras un minuto o dos en una gélida espera, se reactivo la nave, y los sistemas volvieron a la vida.

El proceso actuó con una eficacia digna de un nigromante; contaba ya, con sensores e instrumentos, así que sin mas tardanza, solicite acceso a la estación y aterrice a buen resguardo.

Nueva lección aprendida:

-Si le disparas a alguien, o lo revientas o asegúrate que REALMENTE huya-

Al menos la libré en esta ocasión, las lecciones anteriores, resultaron en cuantiosas (y humillantes) perdidas; así que esta vez tuve suerte.

Creo que regresare a explorar.