Si la ironía y el sentido del humor negro fuera religión, creo que seria el chivo expiatorio o cordero de pascua.

Me explico (y de paso, ventilo un poco del aire rancio que acumula en su interior mi malandado cráneo). Pase unas horas recogiendo las mercancías raras, volando en supercrucero hasta dejarme las nalgas tan planas como mi alma, y saltando entre sistemas, todo para poder contribuir en cantidad suficiente, como para acreditarme el hiperpropulsor del que tan lindas cosas he leído/oído.

Tras varios afanes y sinsabores, conseguí cerca de 190 toneladas de chucherias "finas", y tras evaluar el curso y distancia solo me faltaban 9 saltos a hiperespacio para llegar y dejar la carga; satisfecho y lleno de mi mismo, puse a resguardo la nave en un estación espacial y lo deje para después de la entrevista con Morfeo y demás deidades del sueño.

Cuando regreso al ruedo, despego y doy las maniobras necesarias, dispuesto a llegar al sistema "Estrella de Luyten"... Antes de cargar el hiperpropulsor, algo (sea un "sexto sentido", paranoia o mi malsana curiosidad) me hizo revisar las noticias y novedades.

Y ahí estaba, el acto (tragi)cómico del cosmos.

Se había completado la misión, se logro la meta, se procedería a compensar a los participantes, y yo, pues...me quede mirando de lejos, con la bahía de carga atestada de mugres finas, caras y sin sentido.

Juro que pase al menos unos 5 minutos (¿o una eternidad?) mirando la noticia in parpadear; el enojo contra mi mismo, el pozo infernal hirviente en que se convirtió mi estomago, y mi cerebro próximo a un infarto fueron razones de peso, para dar media vuelta y regresar a "casa". En esas estaba y mi mente saturada de adrenalina y magma furibundo, recordó una antigua comedia, donde un personaje muy maquillado (¿payasos le llamaban?) "Pierrot" sufría desventuras y tropiezos, para goce de los espectadores, quienes se carcajeaban mientras el sujeto lloraba.

Me sentí hermanado al pobre infeliz; mas aun, por que en lo que (pobremente) recuerdo, Pierrot busca incesantemente "la Gloria", el triunfo maximo, los laureles cosmicos, etereos y atemporales. Su clamor (entre dolido y emocionado) francamente me representa:

"¡Es inevitable! ¡Mi destino lo quiere! ¡Valor!"

Tras viajar hecho una mole rabiosa(y reventar al par de piratas que se interpusieron en mi frenética carrera), me acople en la estación "Liebig", vendí las toneladas de mercancía (ahora inútil) y ¡oh sorpresa!, al parecer hay una "mención honorifica" o "logro" al vender mas de un millón de créditos en mercancías raras.

Un misero premio de consolación, pero ya a estas alturas, "el horno no estaba para bollos" (como solían decir en casa) y bueh, deje todo para después.

Pase el domingo disparandole a piratas de poca monta, y complete la misión que tenia pendiente, sin lograr grandes avances en mis esfuerzos por "ascender" en la jerarquía imperial.

Ahh, pero cuando este disponible el modulito ese, ¡me lanzo a obtenerlo si o si!.

Al menos me hizo acordarme de las obras antiguas, y llegando a casa las buscare para re-leerlas. ¡Algo bueno debe salir de este chasco!. Que si no salgo mejor piloto, ¡saldré un literato hecho y derecho!, ¡Ja!

Aun me quedan dos días para concluir una de las misiones en contra de piratas. Viendo que la misión semanal tiene una recompensa sumamente atractiva para mi espíritu aventurero y explorador, tome cartas en el asunto.

La revisión de los mapas, trazar las rutas, elegir el orden a visitar los sistemas con las mercancías "raras" (y su infumable tendencia a vender unas cuantas toneladas por cabeza), todo eso auxiliado de las aplicaciones y herramientas disponibles en la red, en fin, todas las previsiones antes del viaje me resultaron sin contratiempos. Cambie algo del armamento de la nave por lanzamisiles guiados, y el resto del armamento láser, lo adquirí con miras a mejorarlo (en el taller del Ing. Broo Tarquin).

Al fin que despegué, di los saltos pertinentes y empezamos el periplo de comprar las mercancías.

17 saltos mas tarde y ya me encontraba en el sistema "Geras", y empezamos con el pie izquierdo. Primero casi me infarto al salir del hiperespacio a dos segundos de la zona de exclusión de una estrella enana blanca (una masa de plasma, muy enojada y con gravedad suficiente para volverme una tortilla espacial), tras el sobrealentamiento y daños (menores afortunadamente), logre virar y dirigirme a la estación espacial para las reparaciones y compra de la mercancía, en este caso la "Cerveza Gerasiana", y bueno ¿quien soy para privarle a los delegados de las superpotencias, de ahogar sus penas en cerveza?, menos aun si me van a pagar en créditos y en un reluciente modulo de hiperpropulsion muy tuneado y chulo.

En esos pensamientos estaba, cuando buscando la mentada estación "Yurkichin Port", di con ella...y ¡no daba crédito a mis ojos, sensores y mala fortuna!

Habia leído y escuchado rumores de lugares difíciles; de zonas llenas de restos espaciales, emboscadas de piratas (y en esas he peleado/huido/explotado, según la ocasión), rumores sobre viajes tan largos que te secan el alma (destacan a la "Hutton Orbital" entre ellos), vamos que me han hyperdictado thargoides...

¡Pero la maldita estación estaba a mas de un millón de segundos luz!.

Pase media hora volando hacia ese mugre lugar, al menos conseguí 60 toneladas de la cheve... pero creo que he perdido mas al mirar al vació durante esa jornada.

Si las mercancías restantes están a una distancia similar, mandare todo a paseo y solo iré por caracoles gigantes o algo así.

Bueno que me lo he tomado con calma. Tras los conflictos contra el palurdo Rochester y sus secuaces, lamebotas y parroquianos, y el haberme conseguido colocar entre el 75% de contribuyentes (sep, son números bajos y de aficionado.), así que al menos tengo una ganancia en créditos (y el permiso de acceso al sistema...para lo que sea que sirva).

Pase el fin de semana buscando una base temporal, un sitio mas o menos cercano a "casa" (sistema "Ehecatl"), con afiliación al Imperio y con estaciones a menos de 1000 segundos luz (por que la verdad, pasar 5 - 10 minutos en supercrucero cada bendita vez que quiera acoplar la nave a la estación es, simplemente fastidioso).

Tras tontear en el mapa del sector, encontré un sitio promisorio:

El sistema "Yimanbin", a 24.18 años luz de distancia, y con una estación espacial adecuada. Tras llegar, la variedad de misiones no me animo mucho que digamos (muchas de entrega y repartición de bienes), pero afortunadamente, tienen una enconada enemistad con piratas en un sistema vecino...y bueno, mi nave ya estaba condicionada para repartir leña y palos, así queee...

Todo parecía marchar; llegue al sistema en cuestión, listo a cobrar las cincuenta y tantas bajas solicitadas (pues acepte muchas misiones de varias facciones que pedían podar la maleza pirata en ese sector). Abro en modo de escaneo completo del sistema, y ¡he ahí! ¡señales de misión! ¡hurra!....

Pero la mas cercana esta a 40 000 segundos luz... del punto de salto.

Definitivamente el universo tiene sentido del humor.

Terminando estas misiones (y tras perderle el amor a varias horas de esfuerzo y búsqueda por lo visto T_T) me enfrascare de lleno a la misión comunitaria de acarrear y entregar vituallas y chuchería "fina" para la mentada reunión de las "Superpotencias" , digo ¿a quien le viene mal ese motor de distorsión tan modificado?, ciertamente a mi no, así que ¡ha por ello!.

En cuanto deje de dar vueltas de extremo a extremo de un sistema estelar buscando piratas en naves clase "cobra Mk III".

Bueno tenia que pasar.

Pase el fin de semana entrando y saliendo a zonas de conflicto, y abatiendo sin muchas ceremonias a los parroquianos del tal Rochester. Con 5 millones cobrados (hasta el momento) la cosa parece ir bien en mi finanzas, y lenta en cuanto a los rangos federales y demás tramite.

Sin embargo, en mala hora paso un pequeño, pequeñísimo y casi irrelevante incidente.

Regresaba a la meganave "Iron Wings of Justice", para hacer algunas reparaciones menores (después de sobrecalentar la nave al disparar como enajenado el armamento láser), reabastecer de munición (para las defensas de punto) y equipar células de escudo. La distancia de 30 o 40 segundos luz era poca cosa, así que viajaba sin mucha atención. Al poco de entrar a supercrucero, una nave me interdicto. Reduje la marcha y al salir a espacio normal, me estaba escaneando una nave de "Júpiter División", bajo el pretexto de un "puesto de control y escaneo de la armada federal". Como la relación con esa facción era mala por decirlo amablemente (en realidad, era abiertamente hostil, gracias a los conflictos en los que tome parte) no lo pensé mucho, y desplegué el armamento. Unos segundos después, el escaner me mostraba a una nave clase "Eagle Mk II", con categoría de "Peligroso" pero (y he ahí mi craso error) sin recompensas u ordenes de búsqueda.

En ese momento juzgue mis opciones y precipitadamente abrí fuego; unos segundos después explotaba y me saturaba la cabina de mensajes donde me imponían multas, recompensa y orden de captura o destrucción, así como "Notoriedad" y el inminente arribo de las fuerzas especiales del sistema.

La recompensa (de 5400 créditos) no me impresiono ni importo en el momento, así que hice las reparaciones y reabastecimientos y seguí muy metido en mis asuntos.

Sin embargo, cuando volví a emprender la misma ruta para darle manicura a la nave, una nave "limpia" me interdicto, y abrió fuego nada mas salir a espacio normal. Si bien no era una amenaza importante (una nave mediana clase "Federal Dropship") si me resulto un incordio a la hora de tener que volver a entrar a supercrucero. Y es que en cuanto abrió fuego contra mi, decidí que ante esa forma de saludar, solo podía responder igual. Nuevamente resulto ser un error, pues me pusieron (otra mas) una multa por dispararle... Viendo de que iba todo esto, le dispare hasta inutilizar sus motores y dejarle con un 5 -6 % de integridad en el casco, y salte rumbo a la mega nave.

Quise seguir participando en las escaramuzas del sistema, pero al tercer caza recompensas / interdiccion / escape, me harte y mejor regrese a pastos conocidos, buscando donde demonios quitarme las multas y penalizaciones.

Vamos, que no es que sea una "blanca paloma", a veces he dado pasos medios turbios, pero eso si, tengo por norma personal, no disparar sin necesidad.

Así que, habiendo metido la pata en esto, mejor seguiré buscando donde pagar la indulgencia y regresare a pelear con piratas o algo asi.

Al parecer conseguí aportar lo suficiente como para recibir el anhelado lanzamisiles, ademas de unos 30 millones de créditos (ambas cosas me vienen de perlas). Tras esos afanes todo parecía que me podría dedicar de nuevo a la exploración, así que puse ruta a "casa".

Ya en el trayecto de regreso, las noticias respecto a los conflictos de la Federación y sus sanguijuelas eran cada vez mas lóbregas. Resulta que uno de los tantos ricachones y vividores de la escoria federal, ha decidido entronarse como una especia de monarca plutocrata en su muy restringido sistema estelar, que por alguna razón, quizás mediante sobornos o pagos, se mantenía sin acceso hasta que nos dieron el permiso (en masa) en estos días.

No soy ni partidario de los federatas y su hipócrita libertad, pero aun menos me causa simpatía el ver a otro tarado reclamar su tajada del espacio a costa de créditos... y como esta guerra civil implica pelear junto a los fedechangos, al menos acortara el tiempo y tramites para conseguir algunos permisos y rangos.

También tenia por ahí medio olvidado, la invitación a otro manitas espacial, un ingeniero que como rito de iniciación, pide bonos de combate federales. Y bueno, bien dicen en casa "A rió revuelto, ganancia de pescadores".

Total, que salgo rumbo a dispararle a los lamebotas y pajes del tal Rochester, mas que por el "espíritu de cuerpo" o simpatías con la causa, es simplemente por el pago y rangos a obtener.

Vamos, que a pegarla de mercenario.

Bueno, se siente satisfactorio retomar el mando de mi nave clase "Anaconda". Tras dejar a buen resguardo a la Asp, cambie algunos modulos y trinquetes, todo con el fin de equipar a la "Conda" con lo necesario para desbastar asteroides cual Francmason espacial, ¿aun seguirán activos?, leí que tenían tradiciones centenarias allá en la vieja Tierra, pero con el advenimiento del vuelo hiperespacial, quizás hayan tomado un rumbo diferente...quien sabe, a lo mejor por ahí en el Eterno Oriente espacial exista alguna estación totalmente enfrascada en la vieja obra.

Divagaciones y pensamientos ociosos aparte, mi nave quedo equipada con solidez. Escudo clase 7, con mejoras al tope y las resistencias hasta arriba; potenciadores de escudo complementando las carencias del escudo principal, y un modulo de blindaje a tope. Lo anterior, sazonado con armamento láser para dar duro y sin pausa. Ya había hecho la promesa mental y las "mandas" o "encomiendas" al Cosmos, o al poder que fuere, de no volver a la minería solo para reventar bajo fuego enemigo, ¡no señor!, esta vez, aun que sea por puro y terco orgullo, mínimo embisto al mequetrefe que me escaneé y lo mando de puntitas al otro barrio.

Claro, nada es gratis en la vida, y menos al comandar naves de mas de 100 melones de créditos; así que lo que ganaba en defensas y garras para la nave lo perdía en espacio de carga. Cosa de dar mas vueltas y viajes supongo.

Partí del sistema Ehecatl, rumbo a mi nicho de minería predilecto para estos afanes: El sistema "Harmitage"; en el quinto planeta,  sus masivos anillos rebosan de Bromelita y demás mugre, donde (con suerte) podre llenarme y dar mis contribuciones a la misión comunitaria.

¿Y esto nace de un renovado altruismo? ¿acaso la negrura sideral movió mi ser para una generosidad inusitada? ¿las pesadillas donde me devoraban los Thargoides terminarían así?. Nope, era por motivos mas mundanos, simplemente por mi desaforado amor por las explosiones, misiles, minas, bombas y demás artilugios...y el pago en créditos constantes y sonantes por vender toneladas de roca.

De camino a la "cantera" espacial (canturreando como los míticos "enanos" o "gnomos" del Folclore Terráqueo) pase por sitios nuevos, escaneamos, tomamos algunas fotos y asi.

Al menos ya voy (según mi narcisismo y Ego-Saurio Rex) mejorando en esto de la fotografía; no como para abandonar mi trabajo diario, pero bueh, de algo debemos nutrir las ilusiones.

Mientras escaneaba señales en las superficies planetarias (añadiendome créditos y confirmando datos del Códice Galáctico), decidí leer las noticias recientes. Me llamo la atención la misión comunitaria actual y su recompensa ofrecida, la cual se alinea con mis intereses personales (el gusto por las cosas que explotan es un estigma que llevo y llevare muucho tiempo). Sin embargo, no me convencía demasiado la idea de pasar la semana acariciando rocas espaciales y recogiendo sus despojos, menos aun, tras estar a mas de 2000 años luz del espacio habitado por la humanidad.

Dejando medio olvidado el tema de la misión, seguí visitando planetas en el sector sin cartografiar. En el sistema Swoilz HR-D B3-1 , uno de sus planetas tenia una gran cantidad de señales biológicas. Habiendo despertado mi interés, puse curso a la mas cercana y descendí. El aterrizaje paso sin contratiempos, ¡y la vista era espectacular!

Baje el vehículo de superficie, y recorrí un rato el lugar, maravillado de la tenacidad de la biología, para reclamar hasta los mundos mas ásperos e inhóspitos. ¡Cuanto no podríamos aprender de esas formas de vida!, tan sencillas en apariencia, pero capaces de proezas de resistencia que hacen palidecer a los esfuerzos y desmanes humanos.

Meditaba en ello, y recogía muestras, así como elementos para mejoras de las naves, cuando una endiablada roca en mi camino, me dijo que mi destino era atorarme en el "árbol" mas próximo. La baja gravedad planetaria, la celeridad del vehículo, y mi consabida torpeza al volante, hicieron que el misero vehículo quedara encajado entre las ramas de uno de esos fascinantes "arboles de cerebros", sin que ni los propulsores, las ruedas, o la bahía de carga, sirvieren de algo para remediar la situación. Penosamente atrapado, el vehículo recordaba a un escarabajo o a una tortuga, cuyo infortunio le llevo a mirar el cielo...antes de abandonar el mundo.

El universo tiene una forma particularmente elaborada, de balancear mi estado de animo.

Pase del optimismo y contemplación, a una desesperante impotencia furibunda.

Sin mas remedio, abandone el vehículo y regrese a la nave. La explosión del infortunado aparato, me dio razones mas que suficientes para regresar a la civilización, y emprendo el lento retorno a "casa".

Creo que si estaré el resto de la semana enfrascado en minería...eso si, armado hasta los dientes.

Tras 3 días de viaje, y aproximadamente 44 - 45 saltos entre sistemas, puedo decir que la nave se maneja de maravilla.

Realmente extrañe el pilotear mi amada Asp X, no le resto méritos ni amor a las naves clase "Anaconda". pero entre explorar y adentrarse en el vació comandando una nave con la capacidad de giro que un ladrillo tiene al caer, hace que uno busque alternativas.

Tras algunas vistas impresionantes, conseguí llegar a esos huecos entre el espacio cartografiado, que se han colado a las legiones de exploradores que me han precedido. Unos 300 años luz por debajo del plano galactico, y empezaban a surgir sistemas parcialmente cartografiados.

En una de tales exploraciones, me llamo la atención la cantidad de "señales geológicas" en la superficie. Intrigado descendi sin pensarlo dos veces. Los geisers que tapizaban la región, y la belleza del lugar, me compensaron el susto tras un abrupto descenso (por mi medio embrutecido y somnoliento cerebro), que demostró la utilidad de las unidades de mantenimiento, y de los drones de reparacion (que sin embargo, se mostraron impotentes ante el daño sufrido por la planta de energía)

Tras darme un respiro, recoger muestras de la superficie y volver a saltar, llegue a otro sistema en el que repetimos las maniobras (recoge combustible - ¡sin rostizarte durante ello!-escanea, revisa cada planeta, pondera tu interés en ellos). Uno de esos planetas medio olvidados y sin cartografiar, tenia una interesante cantidad de sitios geológicos; aterrice cerca, y desplegué el vehículo de superficie.

¡Realmente valió la pena!, tras añadir una entrada a mis descubrimientos personales, tome fotos a diestra y siniestra, pues hasta entonces, no sabia de planetas con una superficie rosada, ¡ja!,¡si hasta parece jalea de zarzamoras! XD... bueno, era eso, la pareidolia espacial, mi "gen gordo" que me hace pensar en comida todo el tiempo, o la locura espacial dando pasos hurtadizos en mi cerebro.

Estaba salivando al pensar en comida, que, mientras manejaba el vehículo, perdí el curso y me estampe de lleno con una chimenea rocosa...causando serios daños al vehículo, y decidiendo emprender el regreso a la nave, para las reparaciones de rigor.

Ya me imagino al universo formando planetas, y a la superficie del mismo llenándose de polvo, formando estructuras sin necesidad de elementos biológicos durante miles de millones de años...para que llegue un medio tarado simio casi lampiño, a borde de un vehículo y se la pase chocando con cada obstáculo en su camino.

Al menos creo que soy mejor volando, que conduciendo.

Tras el terror de las ultimas experiencias, finalmente llegue a Merope.

Tras acoplarme, y vender datos cartográficos, cobrar recompensas y algunas reparaciones menores, partí a seguir visitando los sistemas de la nebulosa.

Y volvió a pasar, no una ni dos veces; me volvieron a "Hyperdictar" (ahora se que así se le dice), ¡no menos de cuatro veces!, ¡en menos de media hora!.

Claro, a estas alturas, ya no era mi primer rodeo (y pude tomar algunas secuencias de vídeo al respecto). La repetición, el "conocer" a la mole que tenia enfrente (y saber que no tengo nada que le ¿atraiga? ¿interese? ¿busque?), y el no tomar decisiones estúpidas y temerarias, hizo que dejara a mi mente enfocarse en lo que tenia enfrente; en esas estuve, cuando recordé, como un suave eco de mis años mozos, una vieja letanía contra el miedo (pálido recuerdo de los "terrores" infantiles) que reproduzco a continuación (aplausos tras varios siglos a su autor, ¿un tal F. Herbert?):

"No debo tener miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Sólo estaré yo"

Y pues en esas, desplegué la cámara y trate de tomar capturas en primer plano de la nave Thargoide,  tenia una excelente vista de la cúpula de su ¿cabina? ¿núcleo? ¿encéfalo expuesto? ¿dulce centro cremoso?...y nada; ni imagen, ni secuencia de vídeo... NADA. ¿Un fallo de los sistemas de fotografía? ¿el efecto del pulso "apaga todo y ponte a llorar como enajenado"? ¿una conspiración profunda?.

Pase los segundos en esas hyperdicciones, cavilando conspiranoicamente (pues nada mejor podía hacer); pude notar que disminuía el miedo cerval con cada encuentro, remplazado por una curiosidad quizás hereditaria, quizás un eco de esa fascinación (mitad intelectual mitad suicida) que sacó a la especie humana de las cavernas y le llevo a domesticar el fuego (Levantemos nuestras copas/vasos/etc en honor de ¡aquellos primitivos calcinados por culpa de su curiosidad!).

Al final de día, creo que puedo contar con el infinito espíritu humano de exploración, la mente sobreponiéndose al terror existencial de ser solo sacos de carne sin propósito, a la capacidad de inventarnos un "destino", un motivo para ser y estar; nuestra curiosidad (¿malsana quizás?) que nos permitirá cruzar incluso el océano cósmico entre galaxias.

Si; tal vez no hoy, ni mañana, quizás ni en el lapso de una vida humana (una "normal", no una vida de esas de político rejuvenecido a costa de cerebros licuados o de nanomaquinas), pero tengo la tenue certeza de que lograremos superar a ese enjambre Thargoide...claro, si no nos atacan de golpe y sin descanso, en cuyo caso, estamos totalmente acabados.

Habiendo recuperado un poco de mi cotidiano cinismo y humor (negro obviamente); dejare de buscar bronca ajena (con humanos, bichos o ¡lo que sea!) y me lanzare al espacio.

Tengo algunos puntos de interés antes de visitar sagitario A; así que cambio a mi amada nave Asp X, y ¡vuelo!.

Tras unos 16 - 18 saltos, pude llegar y escanear algunas rocas en busca de señales Thargoides. No paso mucho tiempo andes de encontrar un sitio prometedor, marcado como "Nave thargoide estrellada" en el sistema HIP 17403 Planeta A4 a, LAT -34.98, LONG -141.41. Tras salir de velocidad supercrucero, el descenso fue sin novedades; pero el sitio era oro cantar.  Desperdigados alrededor de una masa verde, bulbosa y media rota, estaban no menos de dos naves clase "Anaconda" y otros tantos "T-10 Defender".

En tal cementerio, yacían sin mas ceremonia, algunas toneladas de café, vegetales y ahí, en medio de tanta destrucción, metales retorcidos y los mustios fantasmas de quienes volaban en aquellos fierros hoy partidos,  los extraños "Sensores Thargoides".

Tras volar en círculos un rato (sintiéndome un irrespetuoso buitre), y percatándome de que no hubieran señales raras en el radar (que en su momento me causara un infarto menor, el ver llegar una nave Thargoide, cuando estaba felizmente cosechando metaaleaciones), me envalentone y aterrice...a una prudente distancia de 10 kilómetros.

Tras mandar a paseo y resguardo a mi nave, recorrí sin apuro la distancia. El sitio o cementerio, era perturbador a lo menos; cual esculturas megalíticas y brutales, las naves derruidas flanqueaban al interceptor alienigena; desparramados había 3 de los sensores. Cerca de ellos, un sonido extraño, y una distorsión en el radar y cabina me hicieron apurarme a disparar y recoger...

Milenios de ciencia y tecnología nos han llevado a las estrellas; hemos recorrido sin descanso en lo desconocido, lanzándonos al frío y majestuoso vació, hemos cruzado por estrellas violentas y letales, hemos visto al espacio y a la luz colapsar en agujeros negros, hemos presenciado erupciones solares, geisers, volcanes y naves extrañas (y no menos agresivas); pero a pesar de todo nuestro progreso y gloria, nuestra pompa y orgullo se vuelve nada al estar  solos en la superficie de una roca extraña.

Mi mente empezaba a colapsar bajo la presión del silencio sepulcral, mis nervios tensos cual cuerdas de violín, me hacían mirar azorado cada piedra, cada accidente en el camino, y al dispararle a los sensores de origen no humano, ¡AH EL HORROR!, juro ante todo poder humano o no; que ¡Los escuche GRITAR!.

Me volví una masa cobarde y aterrada, jamas sentí tan atávico y enceguecedor horror; ni bajo fuego enemigo, ni al chocar con planetas o cocinarme cerca de una estrella, como al escuchar a un objeto "inanimado" gritar.

No se como, en medio del pánico, regrese a la nave tras recoger sus restos, y ya en órbita, mi mente científica y racional, logro tomar los mandos de la nave y de mi cuerpo. Fue hasta antes de saltar entre sistemas, que mi versión cavernicola asustado regresaba a su letargo.

Abandonando toda idea de relacionarme con material Thargoide, pensé en dar una visita turística y en plan terapéutico-fotográfico, visitar la cercana nebulosa "Maia" o Pleiades.

El universo tiene  sentido del humor...y es perverso cuando menos.

No había terminado de saltar al "Witch Space", cuando una salva de mensaje  de error aparecían en la cabina; el hiperespacio cambio de color, y de súbito quede varado en la nada. Las luces se apagaron, y alcance a ver como el espacio frente a mi, se desgarraba, y daba paso a una monstruosa aparición. El recuerdo del grito mortal de aquellos sensores reverberaba en mi cráneo, me parecía acusatorio, cual maldiciéndome y señalándome como su injusto y cruel destructor... y ahi, frente a mi indefensa nave, aparecía como un angel o demonio vengativo, una nave claramente no humana.

De una tonalidad rojiza, con múltiples secciones cual pétalos de alguna flor infernal, volaba en torno a mi. Decidido a aportar alguna información útil para la humanidad, trate de grabar el encuentro, pero ni las cámaras de abordo, ni los drones, sirvieron para capturar una sola imagen de la nave Thargoide.

Había leído las noticias, escuchado las platicas de los veteranos, escuchado rumores entre bebida y bebida en los bares de mala muerte. Pero nada en el universo te prepara para una nave Thargoide clase "Medusa". Ni tiempo tuve de grabar unas palabras postumas. Una onda de choque sacudió la nave, todos los sistemas murieron, y un espectáculo de luces envolvió el casco de mi nave. ¡Me estaba escaneando! ¿habría sido "marcado" por el sensor destruido/asesinado? ¿reconocería los fragmentos como de su especia?, ¿quedaría alguna pieza mía para identificarme?.

Terminando su escaneo, y al no buscar lo que fuere que quería encontrar, dio media vuelta, y se alejo unos kilómetros tras lo que rasgó el espacio y desapareció.

¿En verdad tiene alguna oportunidad la especie humana contra esa clase de monstruosidades?.